Libertarios en Río Negro. La política libertaria en Argentina vive momentos de alta tensión, y Río Negro no es la excepción.

La rivalidad entre La Libertad Avanza (LLA) y Primero Río Negro se ha intensificado tras la reciente elección en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desatando una guerra abierta que combina disputas por la representatividad, denuncias judiciales y estrategias de cara a las elecciones de octubre.

En el centro del conflicto, nombres como Ariel Rivero, Lorena Villaverde y Aníbal Tortoriello protagonizan un enfrentamiento que define el futuro del espacio libertario en la provincia.

El origen del conflicto

La chispa que encendió la disputa fue el triunfo del vocero presidencial Manuel Adorni en las elecciones porteñas, un hecho que Ariel Rivero, líder de Primero Río Negro, intentó capitalizar con un mensaje conciliador para unir al movimiento mileísta. Sin embargo, la respuesta de LLA no se hizo esperar.

La diputada Lorena Villaverde, referente de LLA en Río Negro, salió al cruce con una imagen junto a Karina Milei, hermana del presidente, y un mensaje contundente: «Sumaremos dirigentes, no espacios obsoletos». Esta declaración, que refleja la estrategia nacional de LLA, marcó una clara línea divisoria entre ambos espacios.

El enfrentamiento escaló cuando los apoderados de LLA, Damián Torres y Jonathan O’Rourke, presentaron una denuncia ante la Justicia Electoral Federal contra Primero Río Negro. Acusaron al partido de Rivero de violar el Código Electoral al realizar una «campaña electoral anticipada» y de usar simbología, colores y referencias que generan confusión con LLA, intentando presentarse como el verdadero representante de Javier Milei en la provincia.

La réplica de Rivero

Ariel Rivero no se quedó callado. En una entrevista en CNN Radio Roca, respondió a las críticas de Villaverde, quien había calificado a ciertos espacios como «obsoletos» en su lucha contra el populismo. Rivero interpretó estas palabras como un ataque directo a Primero Río Negro y contraatacó: «Hay una incertidumbre de lo que realmente quieren como proyecto político. Por un lado, te critican, por otro no te quieren, te dicen casta, y después te convocan a hablar. Ese no es mi estilo».

El líder de Primero Río Negro defendió la legitimidad de su espacio, asegurando que representa fielmente las políticas del gobierno nacional. Además, lanzó un mensaje crítico hacia los dirigentes de LLA: «No alcanza con ser de La Libertad Avanza. La gente mira a los dirigentes, su compromiso, lo que han hecho. No votan a cualquiera».

En un golpe directo, Rivero también aludió a las acusaciones judiciales que enfrentan algunos referentes de LLA, instando a los diputados a «defender los intereses de Río Negro» en lugar de «salir en los diarios defendiéndose».

Diálogos y estrategias

En medio de esta guerra, LLA busca fortalecer su armado político de cara a octubre. Entre sus planes está una ronda de conversaciones con dirigentes afines, como el diputado nacional Aníbal Tortoriello, quien se perfila como candidato a senador en la boleta violeta.

Aunque el diálogo con Tortoriello aún no comenzó, Rivero se adelantó y destacó la importancia de construir un proyecto político institucional. «Hablo mucho con Tortoriello, lo respeto. Todo el que fue intendente tiene una experiencia ejecutiva valiosa», afirmó, dejando abierta la puerta a posibles alianzas.

Por su parte, LLA mantiene su estrategia de consolidar su identidad como el único espacio legítimo de Milei, apostando a sumar figuras individuales en lugar de integrar partidos que considera «obsoletos». Esta postura, sin embargo, no parece intimidar a Rivero, quien insiste en que su proyecto busca «transformar la vida de los rionegrinos» y posicionarse como una alternativa sólida dentro del universo libertario.

La disputa entre La Libertad Avanza y Primero Río Negro refleja las tensiones internas del movimiento libertario en Argentina. Mientras LLA busca monopolizar la representatividad de Javier Milei, Primero Río Negro apuesta por un proyecto propio con anclaje provincial.

Las denuncias judiciales, las estrategias electorales y los diálogos con figuras como Tortoriello marcan un escenario de alta conflictividad, donde la unidad parece lejana. De cara a octubre, el desenlace de esta guerra será clave para definir el futuro del libertarismo en Río Negro.

Por LPRN

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