El basural a cielo abierto de Bariloche es uno de los basurales a cielo abierto más grandes del mundo.
A pesar de la Ley Provincial 5491, promulgada en 2020, que exigía el cierre de estos vertederos en un plazo de tres años, el basural de Bariloche sigue operativo. Este incumplimiento ha generado un profundo malestar en la comunidad, que exige soluciones concretas y sostenibles para un problema que afecta tanto al medio ambiente como a la salud pública.
El incumplimiento de las promesas
Los mandatarios salientes Gennusso y Carreras, no cumplieron con la promesa de cerrar el vertedero dentro del plazo estipulado. Ahora, la responsabilidad recae en las nuevas autoridades, lideradas por el intendente Walter Cortes, quien enfrenta el desafío de abordar esta problemática con urgencia y eficacia.
El basural, ubicado a lo largo de la mítica Ruta 40, no solo es un foco de contaminación, sino también un símbolo de la falta de gestión adecuada de residuos en la región. Según la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), este vertedero se encuentra entre los 50 más grandes del mundo, lo que lo convierte en un problema de escala global.
El marco legal y su incumplimiento
La Ordenanza 3349-CM-2022, promulgada el 15 de diciembre de 2022, adhirió a la Ley Provincial 5491, que establece el cierre definitivo del Centro de Residuos Urbanos Municipales. Además, esta normativa se basa en la Ley Nacional 25916 de gestión de residuos domiciliarios y la Ley 24051 de residuos peligrosos. Sin embargo, a pesar de estos marcos legales, el basural sigue operativo, generando un clima de descontento y preocupación entre los habitantes. El basural a cielo abierto de Bariloche
Entre las medidas pendientes se encuentran los venteos, la cobertura con arcilla tipo bentonita, la aplicación de suelo orgánico o barros de la CEB, y el proceso de revegetación. Aunque se han logrado algunos avances, como la creación de áreas específicas para el procesamiento de ramas y cubiertas, la comunidad exige una solución integral y definitiva.
Impacto ambiental y social
El basural de Bariloche no solo es un problema ambiental, sino también social. Cada día ingresan al vertedero 200,000 kilos de residuos, lo que genera un impacto negativo en el ambiente y en la salud de los residentes cercanos. La descomposición de estos residuos produce líquidos tóxicos, gases inflamables y contaminación del suelo, el aire y el agua.
Fernando Ballejos, doctor en Ciencias Naturales del CONICET, ha advertido sobre los riesgos de consumir alimentos provenientes de zonas cercanas al basural, ya que podrían contener sustancias perjudiciales para la salud. Además, los animales que deambulan por el lugar también se ven afectados, encontrándose plásticos en sus organismos. El basural a cielo abierto de Bariloche.
Medidas públicas y propuestas
Desde el Concejo Deliberante de Bariloche se aprobó el cierre del vertedero para diciembre de 2023, pero aún no se ha establecido un plan concreto para su mudanza y cierre definitivo. La propuesta oficial es crear un relleno sanitario en conjunto con otras localidades de la provincia de Río Negro, que contaría con un tratamiento especial para evitar la contaminación.
Mientras tanto, la ampliación del vertedero está en discusión para poder recibir los residuos de este año, a falta de un plan a largo plazo. La comunidad local, representada por la asociación Somos B, exige una solución inmediata y sostenible, señalando que la responsabilidad recae tanto en el municipio como en los ciudadanos.
El impacto en el turismo
Bariloche es uno de los destinos turísticos más importantes de Argentina, atrayendo a miles de visitantes cada año. Sin embargo, la presencia del basural cerca de la traza urbana y de varios barrios genera malestar entre los residentes y turistas que desconocen su presencia. La remediación de esta área contaminada requerirá un trabajo conjunto y coordinado, así como una inversión significativa para proteger la salud de la comunidad y salvaguardar el entorno natural.
Una problemática nacional
El problema del vertedero de Bariloche trasciende los límites de la ciudad y demanda una respuesta integral a nivel nacional. Argentina cuenta con más de 5,000 basurales a cielo abierto, la mayoría de ellos oficiales. Estos vertederos carecen de medidas de seguridad mínimas y son un foco de contaminación y emisión de gases de efecto invernadero.
El Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto (Plan GIRSU) busca brindar una solución integral al problema de la basura. Sin embargo, para que este plan sea efectivo, se requiere un esfuerzo coordinado entre el gobierno nacional, los municipios y los ciudadanos.
El basural a cielo abierto de San Carlos de Bariloche es un problema ambiental, social y económico que requiere una solución urgente y sostenible. Las autoridades deben priorizar el cierre definitivo del vertedero y la implementación de un sistema de gestión de residuos que priorice la reducción, el reciclaje y el tratamiento adecuado de los desechos.
La comunidad de Bariloche, junto con las autoridades locales y nacionales, debe trabajar en conjunto para proteger la salud de la población y preservar la belleza natural que hace de Bariloche un destino turístico único en la Patagonia argentina. Solo así se podrá garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.