Concentración empresarial en el transporte público expone a miles ante el paro en Río Negro y NeuquénConcentración empresarial en el transporte público expone a miles ante el paro en Río Negro y Neuquén

El paro de colectivos del 6 de mayo dejó sin transporte público a más de 100 mil personas en el Alto Valle. La medida desnudó los efectos de la concentración empresarial en el transporte público y la pasividad de las autoridades.

El Alto Valle paralizado

Las ciudades de Río Negro y Neuquén amanecieron sin transporte público. Miles de personas quedaron sin colectivos urbanos ni interurbanos. Trabajadores, estudiantes y jubilados tuvieron que caminar, pagar traslados particulares o quedarse en casa.

El paro, convocado por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), expuso una situación estructural: la fuerte concentración empresarial en el transporte público regional.

Un monopolio con alto impacto

El Grupo Trappa opera las principales líneas de la región a través de KoKo, Pehuenche y Cole. Este dominio empresarial deja sin alternativas a la población cuando surgen conflictos gremiales.

Desde la UTA señalaron con claridad: “si Trappa para, para todo”. No es una exageración. La interrupción afectó a ciudades como Cipolletti, Roca, Allen, Villa Regina, Plottier e incluso Bariloche.

En algunos municipios se intentó brindar un servicio de emergencia, pero fue inviable por falta de vehículos y personal. Se calcula que más de 100 mil personas no pudieron movilizarse.

Falta de respuesta política

Gabriel Ceballos, secretario gremial de la UTA Neuquén, confirmó que la conciliación obligatoria había expirado. “No hubo intervención de los municipios ni de la provincia. Estamos solos”, expresó.

El silencio oficial generó enojo. Muchos vecinos señalaron que el transporte público parece librado a la suerte y a las decisiones empresariales.

Una vecina de Roca resumió el malestar: “Nos sentimos abandonados. Nadie regula ni nos da respuestas”.

Un sistema sin equilibrio

Este paro visibilizó un problema mayor: el modelo de concesiones sin control. Las empresas concentran poder, reciben subsidios y no tienen competencia.

La concentración empresarial en el transporte público debilita la competencia y condiciona a los gobiernos. Además, deja expuesta a la población ante cualquier conflicto.

Algunos sindicatos y especialistas proponen reformular el sistema. Plantean mayor intervención estatal y la creación de empresas públicas que equilibren el esquema actual.

Urge una revisión profunda

El paro sigue por tiempo indeterminado. Más allá de su resolución, el conflicto revela la necesidad de revisar el modelo.

Con una sola empresa controlando todo, no hay margen para errores. Cuando el sistema falla, lo paga la gente.

Por LPRN

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