Crítica de Pichetto a la importación de peras. Una amenaza a la fruticultura local. Miguel Ángel Pichetto, senador por Río Negro, criticó hoy la importación de peras al país.
El Senador, calificó esta práctica como un “golpe directo” a los productores del Alto Valle. Las frutas extranjeras, producidas a menor costo, amenazan la economía de un sector clave. Pichetto exigió medidas urgentes para proteger a los fruticultores locales.
Impacto en el Alto Valle
La fruticultura impulsa la economía de Río Negro, especialmente en el Alto Valle. Este sector genera miles de empleos y lidera exportaciones argentinas de peras y manzanas. Sin embargo, Pichetto advirtió que las importaciones reducen los precios locales. Los productores enfrentan dificultades para competir. Además, los costos de insumos y la presión fiscal agravan la situación. En los últimos meses, el ingreso de frutas extranjeras saturó el mercado interno.
Propuestas para la protecció
Pichetto propuso soluciones concretas al gobierno nacional. Sugirió aumentar los aranceles a las importaciones y ofrecer subsidios a los productores. También pidió controles fitosanitarios más estrictos. Estos garantizarían que las frutas importadas cumplan los estándares argentinos. “La fruticultura representa nuestra identidad rionegrina”, afirmó el senador. Sus palabras resonaron entre los chacareros, quienes buscan apoyo para sostener su actividad.
Reacciones y expectativas
Cámaras frutícolas y asociaciones de productores respaldaron a Pichetto. En el Alto Valle, la preocupación crece ante la competencia desleal. Los agricultores esperan que el gobierno actúe pronto. La región depende de la fruticultura, y su futuro está en juego. Mientras tanto, la comunidad permanece atenta a las decisiones nacionales. La defensa de la producción local se vuelve una prioridad urgente.
Un Llamado a la acción
La crítica de Pichetto pone el foco en un problema estructural. La importación de peras no solo afecta a los productores, sino a toda la economía rionegrina. Su llamado busca movilizar a las autoridades y visibilizar la lucha de los fruticultores. Río Negro enfrenta el desafío de proteger su identidad productiva en un mercado globalizado.